En los próximos 30 años, la Food and Agriculture Organization (FAO) advierte sobre una crisis alimentaria debido al aumento demográfico y la disminución de terrenos agrícolas. Esto impactará la agricultura con una mayor demanda de alimentos y prácticas agrícolas insostenibles, afectando a los agricultores y la producción alimentaria a nivel mundial.
En Chile, la agricultura se concentra en zonas rurales, caracterizadas por altos índices de pobreza. Esta desigualdad se acentúa, especialmente en mujeres rurales, enfrentando barreras como violencia, acceso a tierras, desequilibrio en horas laborales y conciencia limitada sobre estas desigualdades. Leyes anticuadas contribuyen a la vulnerabilidad de estas mujeres.
Frente a este problema, se propone una estrategia de diseño centrada en hacer la producción agrícola más accesible para las mujeres vulnerables y para grupos ya involucrados en la pequeña producción local. El diseño busca desarrollar un nuevo método de cultivo que optimice insumos y sea adaptable a diversos estilos de vida, con el objetivo de superar las barreras mencionadas anteriormente.