Las emociones, esenciales en la vida humana, se ven afectadas por dificultades en su identificación, generando obstáculos en la regulación emocional y la búsqueda de ayuda psicológica. La baja expresión emocional por parte de los pacientes dificulta la comprensión precisa de sus experiencias, impactando negativamente la efectividad de las herramientas de registro emocional existentes. Este déficit en la comunicación emocional obstaculiza el progreso del tratamiento psicológico al privar al profesional de información basada en evidencia.
En respuesta a este desafío, proponemos la creación de un dispositivo no digital que permita a los pacientes registrar sus emociones diariamente, brindando una herramienta más efectiva para intervenir directamente en las experiencias específicas del paciente. La necesidad de un registro emocional diario se destaca como clave para evaluar objetivos y avances terapéuticos en cada sesión paciente-profesional. La colaboración con el centro de salud mental de la Universidad Adolfo Ibáñez y la investigación exploratoria con adultos en terapia respaldan la propuesta, evidenciando un impacto positivo en el registro emocional durante la terapia y una mejora significativa en la dinámica terapéutica.
Este enfoque innovador no solo busca optimizar la intervención psicológica, sino también ampliar la conciencia, conocimiento y regulación emocional del paciente, ofreciendo una solución tangible y práctica para mejorar la eficacia de la terapia emocional.