En las últimas décadas ha comenzado una tendencia de migración hacia las ciudades (Neuwirth, 2005) dado las personas que viven en las zonas rurales buscan mejores oportunidades para salir de la pobreza. Esto se traduce a 70 millones de personas migrando anualmente. Santiago también ha sido parte de esta tendencia: en los últimos 40 años Santiago paso de 3 a 7 millones de habitantes. La ciudad ha cambiado y se han generado grandes polos urbanos que provocan problemas demográficos cómo el trasporte. Esto impulsa a minorías a utilizar otros medios de transporte cómo la bicicleta. Su uso ha mantenido una tasa de crecimiento de 20% los últimos 8 años (Urbanismo y Territorio, 2012) lo que indica que esta minoría ha crecido considerablemente.