En las últimas tres décadas, las disciplinas de diseño arquitectónico y de paisaje han explorado el uso de robótica con en objeto de expandir las posibilidades creativas, económicas y medioambientales de proyectos. Sin embargo, los avances actuales se han enfocado en la manufactura de alta precisión provenientes de la robótica industrial, que requieren ambientes altamente controlados. Para poder trabajar con robótica dentro de paisajes reales, que son sistemas dinámicos y constantemente cambiantes, es necesario abordar el problema desde nuevas metodologías, adaptables y tolerantes al error. La robótica de enjambre es un área emergente que estudia el uso de múltiples unidades robóticas simples, pero que coordinadas pueden conseguir objetivos complejos. Su principal ventaja es que al ser sistemas sin un control central, cada robot puede funcionar acomodándose a los cambios locales y comunicarse con otros cercanos y por lo tanto tienen mejor adaptabilidad a los cambios de su alrededor.
Existen múltiples ejemplos en la naturaleza de comunidades de agentes que colaboran entre ellos para sobrevivir generando interacciones sinérgicas con su entorno. Esto les permite garantizar su seguridad a largo plazo y a la vez proteger el espacio en el que viven. Entender el funcionamiento de estos mecanismos de la naturaleza y cómo aplicarlos a sistemas robóticos para modificar nuestra interacción con el espacio abre un nuevo paradigma de la relación entre el ser humano y la naturaleza.
¿Cómo llevar un proceso de diseño abordado desde la robótica de enjambre? Este proyecto de tesis estudia el potencial del uso de sistemas de enjambre para modificar un espacio de tierra, entendiendo su potencial como una pieza clave para avanzar a un futuro sustentable.
