En el último siglo, la producción masiva de plástico ha llevado a la acumulación de desechos plásticos, causando graves impactos ambientales, especialmente en los océanos. Con 8.3 mil millones de toneladas de plástico elaboradas entre 1950 y 2018, la contaminación por plástico es un problema global con consecuencias para la salud humana y el medio ambiente. Brasil produce un promedio de 51 kilogramos de desechos plásticos por persona al año, contribuyendo a la formación de grandes islas de residuos plásticos en los océanos.
En Chile, la contaminación por plástico varía según la región, desde desechos de visitantes en playas hasta residuos arrastrados por ríos y acumulación de desechos de acuicultura y pesca en el sur. Aunque se han implementado iniciativas y alianzas, como el «Pacto de los Plásticos» y la reducción de bolsas plásticas, estos esfuerzos son insuficientes para abordar completamente el problema. Solo el 1% de los residuos generados en Chile se recicla, y la categoría 7 de plásticos, que incluye aquellos que no se pueden reciclar fácilmente, representa un desafío adicional.
En este contexto, se propone desarrollar una metodología de reciclaje para el plástico de categoría 7, que actualmente es considerado no reciclable. El enfoque se centra en introducir esta metodología en industrias de gran escala, como la construcción, transformando lo que se considera un plástico no reciclable en un activo de valor. Esta iniciativa busca abordar la problemática del plástico no reciclable, ofreciendo una solución práctica y sostenible para reducir el impacto ambiental y generar interés a gran escala.
