A lo largo de la historia, Chile se ha visto beneficiado gracias a una inmensa cantidad de recursos hidrobiológicos, dentro de los que se encuentran las algas marinas. Las algas son vegetales acuáticos que, en el último tiempo, han aumentado considerablemente su importancia.
Una gran cantidad de usos provenientes de los derivados de esta flora marina, para la posterior elaboración de productos farmacéuticos y cosmetológicos, sumado al incremento en el consumo humano de algas, han provocado un aumento exponencial en los volúmenes de extracción.
En cuanto a las algas destinadas para consumo humano, la Durvillea Antártica, o “Cochayuyo”, representa el 70% del consumo nacional. El cochayuyo, es un alga parda endémica de importantes propiedades nutricionales que está presente desde las costas de la región de Coquimbo, hasta Magallanes.
En los últimos diez años, la extracción de cochayuyo ha experimentado un incremento superior al 400%. Esta situación, provoca que al año 2015 surjan las primeras vedas extractivas de este recurso, hecho que afecta directamente a quienes dependen de esta actividad, siendo principalmente pescadores artesanales.
La sobreexplotación de los recursos, sumada a bajos niveles de profesionalización y una profusa dependencia del intermediario, a la hora de comercializar los recursos, posicionan a la pesca artesanal actualmente, en una situación de crisis.
El presente proyecto busca generar mejoras en los procesos que actualmente deterioran el producto, y diseñar alternativas que aumenten el valor obtenido por parte del recolector artesanal, mejorando la productividad y tecnificando el manejo del recurso, para hacer de esta una actividad más sustentable y alcanzar un mayor nivel de calidad alimentaria.