El territorio puede ser concebido como un sistema espacial complejo, el cual sustenta una serie de relaciones espaciales, geográficas, biológicas, sociales y culturales, como un cuerpo susceptible a la recepción de “acciones, operaciones e interacciones” tanto naturales como artificiales. En este contexto, el territorio hidrológico y la gestión de los recursos hídricos representa esta premisa, la interacción de lo natural y lo artificial, entendido esto como el comportamiento del territorio afecto a dinámicas propias de la naturaleza, como clima, erosión, temperatura, así como aquellas artificiales propiciadas por la adaptación a “lo humano”.
Estudios indican que Chile posee una situación privilegiada en términos de accesibilidad, reserva y calidad de agua mayor a la media mundial de 6.600 m3 por persona/año, la cual es altamente dependiente de factores exógenos asociados al clima, así como también a la gestión de esta para su procesamiento, diversidad de usos y consumos.
La Mesa del Agua del Gobierno de Chile y el Instituto de Ingenieros de Chile han identificado una serie de áreas de acción prioritaria para abordar problemáticas asociadas a gestión hídrica e intervención antrópica en el contexto de aguas mansas , como la gestión de información hídrica y la generación de conocimiento.
En el contexto anterior el levantamiento de datos y procesamiento de información constituye una de las fuentes prioritarias para el estudio, monitoreo, intervención y toma de decisiones, así como la posibilidad de
desarrollar productos y servicios asociados a la obtención de datos hídricos en contextos de cuencas, ríos y humedales.
