La pandemia ha sido un catalizador para la concientización sobre la importancia del contacto físico, una necesidad humana básica que trasciende las diferencias culturales y sociales. Esta necesidad se evidencia en diversos contextos generando situaciones en las que el contacto físico se ve limitado, repercutiendo en nuestro bienestar emocional, obligándonos a buscar otras formas de contacto.
En este contexto, el tacto es el sentido más afectado. El tacto está ligado principalmente a una forma háptica para la percepción de presencia, cercanía, compañía y cobijo. La capacidad de percibir a través del tacto, al igual que los otros cuatro sentidos, nos brinda una conexión con el mundo que nos rodea.
Esta investigación explora una dimensión de conexión distinta a través del tacto, para aportar nuevos estados y situaciones de experiencia a través de la comunicación táctil a distancia. Se busca entender cómo el uso de estímulos hápticos y la exploración de interacciones con materiales sensitivos e interfaces pueden contribuir a conservar la conexión social y emocional entre individuos en tiempos de crisis y distanciamiento forzado.
Abstract
